Viaje a Sevilla desde Buenos Aires, por Katie Bolander

Decidí hablar con algunos conocidos míos de Argentina sobre sus historias de la inmigración en España. Conocí a Ramón en enero durante mi primer mes en Sevilla. Desde entonces he pasado mucho tiempo con él y sus amigos. La mayoría de ellos también son extranjeros. Sin embargo, yo nunca había hablado con ellos sobre sus historias de inmigración y por eso fue muy interesante para mí aprender sobre sus razones para salir de sus países y sus experiencias en España.

Voy a enfocar una historia, pero todas suelen ser bastante similares. Él es del centroeste de Buenos Aires, la capital de Argentina y una de las más pobladas de América. Dice que llevaba una vida bastante normal allá, pero sentía que necesitaba empezar una nueva etapa porque se sentía aburrido y un poco atascado en Buenos Aires. Tenía 24 años y ya no estaba estudiando. Tampoco tenía un buen trabajo. Tenía conocidos ya establecidos en Sevilla y después de hablar con ellos pensó que tendría más oportunidades en España que en Argentina.

Llegó aquí con 24 años y ahora lleva cuatro en Sevilla. Empezó a trabajar en un bar-restaurante donde también trabajan otros argentinos. Comenzó como cocinero y ahora es camarero. Dice que tener contactos argentinos en Sevilla le ayudó a encontrar trabajo. Hoy día, en medio de la crisis económica, se siente afortunado de tener trabajo. No sabe cuánto tiempo quiere quedarse en España ni exactamente lo que quiere hacer. Sin embargo, ahora está muy contento con su vida.

Dice que lo más difícil de estar en un país extranjero es estar lejos de su familia y sus amigos. Él echa de menos a los suyos. No obstante, dice que es muy fácil mantener contacto con ellos por skype y facebook. Por eso, cuando extraña a alguien le puede llamar y mandar un mensaje, lo que hace la separción un poco más fácil. Además, ya ha vuelto a su país para visitar a su familia y a sus amigos y va a volver el año que viene. Así, puede mantener sus relaciones y no sentirse tan lejos y perdido.

A pesar de llevar cuatro años aquí, todavía se siente completamente argentino. Llegó con 24 años y ya había desarrollado su cultura y estilo de vida en Argentina. Además, tiene muchos amigos argentinos que viven también en Sevilla. Dice que una cosa muy diferente entre Argentina y España es el acento. Era muy fácil para todo el mundo saber que no era español. Ahora, ha aprendido cómo ocultar su acento cuando es necesario. Cuando está trabajando o hablando con gente no argentina suele normalizar su acento. Sin embargo, cuando sale con sus amigos argentinos, hablan con un acento muy fuerte. Él tiene orgullo de ser argentino y no quiere perder su acento. 

Lo de cambiar la manera de hablar es muy típico de cualquier cultura. Tengo muchos amigos en Nueva York, tanto inmigrantes como no, que hablan de formas muy diferentes según con quién están hablando. Además, mis amigos judíos y yo solemos usar algunas palabras en yiddish cuando estamos entre otros judíos, pero obviamente no las usamos con nuestros amigos no judíos porque sabemos que no nos van a entender. Esta situación es igual que la de mi amigo argentino. Él sabe que si habla muy rápido con un acento argentino muy fuerte la gente no le va a entender.

Dice que no se da cuenta de que haya una discriminación obvia, pero no puede saber lo que la gente piensa tampoco. La mayoría de sus amigos son argentinos y extranjeros. Sin embargo, no piensa que eso se deba a la discriminación. Cree que los sevillanos ya tienen sus amigos de la niñez y por eso no están buscando nuevos amigos. Por el contrario, los extranjeros están en un nuevo país y tienen la necesidad de buscar amigos. Además, la gente suele gravitar en torno a otras personas en la misma situación. Por eso, la mayoría de sus amigos son argentinos, porque todos están experimentando las mismas dificultades.

Él piensa que su transición ha sido más fácil que la de otros inmigrantes. Dice que obviamente no existen los mismos estereotipos para cada cultura. Siente que los estereotipos sobre los inmigrantes argentinos no son tan fuertes como otros por una variedad de razones. En primer lugar, los argentinos suelen tener raíces europeas y por eso no son tan morenos. En un país como España, donde la mayoría de la población es blanca, tener atributos europeos ayuda a sentirse cómodo. Además, los argentinos hablan español, así que se pueden comunicar fácilmente desde el primer día de llegar.  

Dice que, en general, no ha tenido muchas dificultades. Tiene trabajo, tiene amigos y habla el idioma. Claro que extraña su patria, a su familia y a sus amigos, pero eso no es nada en comparación a las vidas que muchas personas tienen que llevar hoy en día.

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