Inmigrantes irlandeses… Un largo cuento, por Laura Larkin

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Mi familia siempre ha tenido mucho orgullo de su ascendencia irlandesa. Desde pequeña, puedo recordar cómo celebrábamos el Día de San Patricio con mucho espíritu, viendo los escudos de la familia de cada uno de mis cuatro abuelos, y oyendo muchas veces que soy casi completamente irlandesa. Pero en un país donde más de 36 millones de ciudadanos se consideran irlandeses-americanos, y especialmente viniendo de la región de los Estados Unidos que recibió la mayor concentración de inmigrantes irlandeses y perteneciendo a dos linajes de nombres muy irlandeses (Larkin, por lado de mi padre, y O’Bryan, por lado de mi madre), esa diferencia no es tanta. Aunque mis primos, hermanos y yo -como la sexta generación de mi familia aquí en los Estados Unidos- ya no estamos sufriendo las repercusiones negativas de ser inmigrantes, después de un poco de excavación, es muy evidente que mis antepasados estuvieron durante generaciones enfrentándose a la lucha del inmigrante por establecerse y darme a mí y a mis parientes las oportunidades que hoy tenemos.

De los 32 de mis tátara-tatarabuelos, o los bisabuelos de mis abuelos, 28 de ellos son irlandeses. Aunque hay muchos, mis antepasados irlandeses siguieron trayectorias más o menos similares con estructuras familiares, trabajos,  localizaciones, fechas y patrones de migración parecidos, así que en este ensayo exploraré los antepasados de sólo uno de mis abuelos para dar una visión más desarrollada sobre la experiencia de los inmigrantes irlandeses en los Estados Unidos.

Mi abuelo, Richard X. Larkin, nació en 1929; sus padres se llamaban Michael Francis Larkin y Angela Frances Cain. Mis antepasados más antiguos de los que tenemos noticia son del lado materno de mi abuelo y vinieron a fines del siglo XVIII. Durante este siglo, hubo varias razones sociales para emigrar de Irlanda a lo que hoy son los EEUU. En la década de 1720, muchos de la provincia del Ulster, al norte del país, emigraron a lo que entonces era la colonia británica de Nueva Inglaterra. Estas personas, sin embargo, eran escoceses presbiterianos que vinieron a Irlanda al principio del siglo XVIII para buscar costes de renta más bajos.

Después de sufrir cosechas pobres, discriminación religiosa y rentas altas, esta gente se fue a América. A mediados del siglo XVIII empezó la Revolución Americana empezó, y la inmigración disminuyó hasta la década de 1770, cuando los problemas sociales surgieron otra vez (como el incremento de las rentas que tenían que pagar los agricultores, las malas cosechas y la caída de la industria del lino). Al final del siglo XVIII, la población irlandesa estaba completamente insatisfecha con el reinado inglés sobre Irlanda y quería más libertad, sobre todo, libertad religiosa.

John Cain es mi primer antepasado que vino a los EEUU. Llegó siendo joven a Maryland sobre el año 1780, aunque la mayoría de los irlandeses llegó a la costa este especialmente por los puertos de Nueva York y Boston. Como las instalaciones formales de inmigración no existían hasta que se abrió Castle Garden en Nueva York en1855 (la predecesora de Ellis Island, el centro de recepción de inmigrantes abierto en 1892), no hay archivos de las entradas de los viajeros que llegaron antes. 

En Maryland, John Cain se casó con Mary Means. En 1784, tuvieron un hijo, Thomas Cain, y hacia 1785, John Cain y Mary Means se mudaron al condado de Greene, adonde se habían mudado dos hermanos de Mary Means dos años antes. Allí, John Cain trabajó como hombre de la frontera, un trabajo duro y peligroso. Él y Mary Means tuvieron seis hijos más. Thomas Cain, el hijo mayor, trabajó en las destilerías y en la granja cuando era joven.  Era conocido por ser muy competente e inteligente y un genio mecánico [ver la galería fotográfica]. En 1812, Thomas Cain se casó con Mary Montague en el condado de Washington, estado de Pennsylvania.

Mary Montague era una inmigrante que nació en el condado de Tyrone, en Irlanda, en 1784. En 1792, se mudó con sus padres, Henry y Rosanah Montague, y un hermano menor a los EEUU. No conocemos el motivo. Tal vez se fueron como resultado de las condiciones sociales. También puede ser que como el condado de Tyrone estaba en la provincia del Ulster, los Montague ya tenían parientes que habían emigrado a América. 

Después de un viaje tempestuoso de once semanas y tres días en barco, los Montague llegaron a New Castle, estado de Delaware. Desde aquí, se fueron al este de Pennsylvania y empezaron su viaje hasta Kentucky, donde querían establecerse. En 1793, llegaron al condado de Washington, al suroeste de Pennsylvania. Un duro invierno los forzó a quedarse allí. Durante este tiempo, un hombre viejo de la frontera les aconsejó no continuar hasta Kentucky porque había indios hostiles. 

Los Montague hicieron su casa permanente en la isla de Coon en 1794, en unos 140 acres de tierra. El lugar pertenecía al condado de Washington y estaba en el estado de Pennsylvania, cerca de Wheeling, Virginia Occidental. En 1809, Henry Montague compró unos 150 o 200 acres colindantes. En esta tierra existía una cabaña de troncos que, por casualidad, era importante. Construida como refugio, las primeras misas del condado de Washington se celebraron allí. Como estaba junto al camino de carromatos que iba desde Washington, D.C., hasta Wheeling, el primer obispo de Cincinnati, Ohio, paró allí, hizo una misa y bendijo una parte de la tierra de la granja para que la utilizaran como cementerio católico. Llegó a ser el cementerio de todos los católicos del área y desde entonces es conocido como el Cementerio Católico Antiguo cerca de Claysville. Cuando Henry Montague murió en 1826, lo enterraron allí.

En 1812, después de casarse, Thomas Cain y Mary Montague se establecieron en el condado de Greene, que también está al suroeste de Pennsylvania. Ellos tuvieron siete hijos entre 1813 y 1825. En 1825, Thomas Cain y Mary Montague se mudaron a la granja antigua de los Montague. Thomas Cain fue descrito como un hombre trabajador y exitoso, respetado por todos. Murió en 1837, y Mary Montague, 23 años después, en 1860. Ambos fueron enterrados en el Cementerio Católico Antiguo [ver galería fotográfica].

El cuarto hijo de Thomas Cain y Mary Montague se llamaba John Cain. Nació en 1818 y trabajó en la granja de los Montague. Se casó con Anna Egan en el condado de Washington. Anna Egan, nacida en 1821 en ese condado, era la hija de Laughlin Egan y Mary Cavanaugh, inmigrantes de Longford, Irlanda. Ellos tuvieron un hijo en Irlanda en 1818, emigraron luego al condado de Washington hacia 1821 y tuvieron ocho hijos más. 

Antes de la década de 1820, como es evidente por los linajes de Cain y Montague, había una gran presencia de irlandeses en la frontera oeste de Pennsylvania. Entre 1790 y 1849, se produjo un incremento de trabajo en la construcción de infraestructura, como canales, vías de tren y calles, en Delaware, Nueva York, Pennsylvania, Virginia Occidental y Ohio.  En 1820, en particular, hubo una explosión en la necesidad de trabajadores para construir sistemas de canales. Entonces, como los Egan vinieron al condado de Washington, Pennsylvania, hacia 1820, es plausible que Laughlin Egan acudiera para trabajar haciendo canales o tendiendo raíles, pero también es posible que ocupara otro trabajo pero escogiera Washington porque ya había muchos irlandeses y una cultura familiar allí.

John Cain y Anna Egan tuvieron siete hijos entre los años 1843 y 1863 y se quedaron en Washington, Pennsylvania. Henry J. Cain fue el tercer hijo, nacido en 1848. Se casó con Elizabeth Josephine Defley en 1875 en Martins Ferry, Ohio, una ciudad muy cercana a Wheeling, Virginia Occidental, y un centro ferroviario muy importante para el comercio en esos días.

Elizabeth Defley fue la hija de Michael Defley y Mary McGame, inmigrantes de Irlanda que vinieron sobre 1850. Ellos se establecieron en Wheeling, Virginia Occidental, y después tuvieron seis hijos. Como Laughlin Egan, es posible que Michael Defley viniera a la región para buscar trabajo por los canales o el ferrocarril. Pero por la fecha de llegada, es posible que hubiera una motivación más drástica: la Gran Hambruna irlandesa de 1845 hasta 1855.

Henry J. Cain y Elizabeth Defley tuvieron cinco hijos en Martins Ferry, y se mudaron a Silver City, Iowa, en 1892. Silver City está localizada cerca de Omaha, Nebraska, en el camino del ferrocarril hasta Omaha. Allí tuvieron seis hijos más; once hijos en total. El noveno hijo fue Angela Frances Cain, la madre de mi abuelo. Ella se crió en Council Bluffs, un pueblo cerca de Omaha. La han descrito como una mujer muy popular y talentosa.  Angela Cain se casó con Michael Francis Larkin, el padre de mi abuelo, en 1913.  Curiosamente, unos de los hermanos menores de Angela Cain, Vincent De Paul Cain, se casó con una de las hermanas menores de Michael Larkin, Catherine Alice Larkin, en 1919 en Omaha, Nebraska.

Las raíces del lado paterno de mi abuelo también son irlandesas. Michael Larkin, el padre de mi abuelo, nació en Kalen, condado de Kilkenny, Irlanda, en 1826. En algún momento, emigró a Rondout, Nueva York. Se casó con Alice Quinn en 1857. Alice Quinn también vino del condado irlandés de Kilkenny. En Rondout, se estaba construyendo el canal más grande conocido de la época, el del Hudson. El canal  había abierto en 1828 pero lo estaban ampliando. Después, con una población tan grande de todos los trabajadores de los canales, Rondout diversificó su economía con la cantera, los astilleros y la producción de ladrillos. En Nueva York, tuvieron cinco hijos. Hacia el final de sus vidas, Michael Larkin y Alice Quinn estaban viviendo en Omaha, Nebraska.

De los cinco hijos de Michael Larkin y Alice Quinn, el segundo mayor fue John Joseph Larkin. Sobre él, hay un hueco de tiempo: sólo hay evidencia de que nació en Rondout, Nueva York, y que el nacimiento de su primer hijo ocurrió en 1883 en La Salle, Illinois. No está claro cómo o cuándo él y su esposa, Helen Elizabeth Egan, se conocieron. Helen Egan nació en 1859 en Newark, New Jersey, con Patrick Egan y Elizabeth Morrissey como padres. Éstos eran inmigrantes irlandeses que vinieron, con sus tres anteriores, a Newark, New Jersey, en 1857.  Como los Defley, la mudanza de los Egan pudo deberse a la Gran Hambruna irlandesa.

John Larkin y Helen Egan llegaron a La Salle, Illinois. Aquí tuvieron tres hijos entre 1883 y 1886 y John Larkin trabajó para Armour y Cudahy de Chicago, una compañía en la industria de envasado de carne. Hacia 1891, él y Helen se mudaron a Omaha, Nebraska, donde tuvieron cinco hijos más. En Omaha, John Larkin pasó los últimos 28 años de su vida como jefe del departamento de manteca de Cudahy. Murió por la gripe, con fiebre. Según artículos de periódicos locales, su muerte demostró la calidad de su carácter y su éxito en la vida.  «Tal vez no ha habido otro homenaje a la memoria de un hombre del sur de Omaha como el de la multitud que asistió a su funeral» [ver la galería de documentos].

Entre la generación de John Larkin y la de sus hijos florece una transformación increíble. Aunque John Larkin no recibió una gran educación formal, sus hijos, sí, y tuvieron mucho éxito. Ese progreso se debió a varios factores: a) el carácter personal de él y Helen Egan; b) que sus hijos eran americanos; c) que los irlandeses ya no sufrían tanta discriminación (llevaban muchos años en la región ya y habían venido nuevas poblaciones inmigrantes); y d) que los niveles de educación habían aumentado. Uno de sus hijos, por ejemplo, fue jefe de la Funeraria Larkin y senador por el estado de Nebraska. Un apunte interesante: su carta de candidato a senador se tradujo al polaco para dirigirse a los polacos, el grupo marginal nuevo.

Otro hijo de John Larkin fue Michael Francis Larkin, nacido en 1883. Licenciado en una universidad prestigiosa, Michael Larkin fue una persona muy bien conocida en el sur de Omaha. Trabajó como jefe del departamento de manteca de Cudahy en el condado de Sioux, Iowa, hasta 1915, cuando murió su padre y él se encargó del departamento en Omaha. En 1913, se casó con Angela Frances Cain. Tuvieron siete hijos y se quedaron en Omaha, Nebraska. El último de los siete hijos fue mi abuelo, Richard Xavier Larkin, quien nació en 1929. 

Las generaciones siguen mejorando. Los hijos de la generación de mi abuelo todavía eran pobres pero eran trabajadores, y ganaron becas y plazas en las universidades. Mi abuelo, por ejemplo, se graduó en una de las universidades más respetadas de los EEUU, West Point, obtuvo títulos de masters, fue un líder militar muy condecorado y fue dueño de su propia empresa. Se casó con mi abuela, Donna Clare Griffith, que viene de una historia de antepasados similar, en Omaha, Nebraska. Ellos viajaron por el mundo, mudándose a todos lados por el trabajo de mi abuelo en el ejército como oficial de inteligencia. Él y mi abuela tuvieron a mi padre, Richard Larkin, y a sus cuatros hermanos. Las cualidades de mis abuelos fueron legadas a sus hijos, y a través de ellos, a mí, a mis hermanos y a mis primos. Sólo espero que podamos seguir con la tradición que nos han dejado como herencia.

2 respuestas a Inmigrantes irlandeses… Un largo cuento, por Laura Larkin

  1. Jorge dijo:

    Shannon, eres un pobre hijo de puta, condenado drogadicto

  2. francisco shannon barrios dijo:

    Extraordinario, soy chileno, hijo de americano y nieto de irlandes, todo sobre Irlanda me apasiona, me siento orgulloso de mis antepasados

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