En busca de ‘alimento’ intelectual, por Tanya Fernández Rodríguez

Adrián Huici siempre soñaba con marcharse y “ver mundo”. Por eso en 1987, en medio de una gran crisis económica y con casi nulas perspectivas de trabajo en Argentina para alguien que había estudiado literatura, decidió irse a vivir a España. No le interesaba quedarse y tener que sobrevivir en cualquier trabajo que no tuviera nada que ver con la Universidad y los libros. Adrián se marchaba de su ciudad natal, Bahía Blanca, que tiene unos 400.000 habitantes y está a unos 800 kilómetros de Buenos Aires. Era una ciudad un poco provinciana, pero tenía unas cuantas universidades, en una de las cuales, la Universidad Nacional del Sur, estudió él.

Adrián es un gran intelectual al que le apasiona la educación, el contacto con sus alumnos, los libros y el cine. Sentía que alllí le faltaba actividad cultural y que la ciudad le resultaba un tanto asfixiante, que Bahía Blanca no le ofrecía todo lo que el buscaba. Así que se fue a tentar su suerte en otra parte del mundo.

Adrián y su novia, que también había estudiado literatura, llegaron a Madrid en diciembre de 1987. Le fascinó la vida en España y a mediados de 1987 se casaron. Al poco tiempo, consiguieron una beca para estudiar durante seis meses en Madrid. Y hoy en día los seis meses se han transformado en más de 20 años. En ese mismo año celebraron sus primeras navidades solos en Europa. Algo que para ellos fue un poco difícil porque la familia para ellos es muy importante. Después de terminar los cursos que habían realizado con la beca, pensaron quedarse en España porque las noticias de la situación económica y política en Argentina todavía no eran muy buenas.

Uno de sus profesores de los cursos de Madrid, que era sevillano, le habló de un trabajo de investigación en Sevilla. El profesor pensaba que era una buena oportunidad para él, y lo invitó a ir a Sevilla para trabajar y hacer allí el doctorado. Le encantó la idea, y en noviembre de 1988 se trasladaron a Sevilla. Antes de marcharse de Madrid, el padre de su esposa enfermó y murió, y ella tuvo que regresar urgentemente a Argentina.

En el tiempo que transcurrió entre el final de la beca y la mudanza a Sevilla, él tuvo que encontrar maneras creativas para ganar dinero y sobrevivir. Hacía encuestas en las calles de Madrid todo el día mientras le arreglaban los papeles para venir a trabajar a Sevilla. Extrañaban Argentina y su gente, pero en Madrid conocieron a unos argentinos que eran de su misma ciudad, y que habían venido a España mucho tiempo antes como eran exiliados políticos. Ellos les ayudaron mucho y hasta hoy mantienen una gran amistad. Cree que sin la ayuda de gente amable y abierta, no les sería posible seguir viviendo en España.

Al llegar a Sevilla, comenzó a trabajar  en una editorial que dirigía el profesor sevillano que le había invitado. Durante esos años pudo terminar su doctorado. Adrián y su esposa siempre se sentía a gusto en Sevilla, todos lo recibieron muy bien y en ningún momento notaron ningún tipo de actitud xenófoba. Para ellos fue muy fácil adaptarse a la vida sevillana.

En 1992 consiguieron la nacionalidad española, y eso les facilitó mucho las cosas. Por ejemplo, pudo ingresar como profesor en la Facultad de Comunicación, donde todavía trabaja. En 1998 obtuvo su plaza de profesor titular. Mientras tanto, su mujer estudió Psicología, y ahora trabaja como psicóloga en su consulta. Una gran experiencia ocurrió el 11 de septiembre de 1999, cuando nació Pablo, su hijo, la mayor alegría de su vida.

En el tema de sentimientos fue ella la que más sufrió, porque está muy unida a su familia, y la extrañaba muchísimo. Él no quería regresar y ella sí, así que eso significó un gran conflicto, pero con el paso del tiempo ella se dio cuenta de que en Argentina no había mucho futuro, y con sus nuevos estudios de psicología empezó a sentirse mejor.

No extrañan al país, sino a la familia. Para ellos ha sido duro estar tan lejos, sobre todo cuando han pasado cosas negativas. Como cuando en 2009 murió la madre de Adrián y tuvo que viajar a Argentina urgentemente. Pero dice que ha podido conseguir muchas cosas a nivel personal y profesional y que está muy feliz viviendo en Sevilla. Ha tenido mucha suerte como inmigrante y ha obtenido casi todas las metas que se propuso antes de marcharse en 1987 de Argentina. Ha podido ser profesor, y dedicar su vida a leer y a escribir. Ha publicado muchos artículos y cuatro o cinco libros, así que le ha ido muy bien. Es un ejemplo de que si quieres algo y luchas con constancia lo puedes lograr.

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