Mexicanos en el ‘Valle Mágico’ de Texas, por Tanya Fernández

El valle del río Grande se encuentra en el extremo sur de Texas, en el río del mismo nombre que separa los Estados Unidos y México. Desde  siempre han venido inmigrantes desde México a este valle, pero a principios del siglo XIX los primeros promotores de terrenos utilizaron el nombre de «Valle Mágico» para atraer a nuevos colonos e inversores. Esto funcionó, porque mucha gente se fue desde México rumbo al río Grande para establecerse allí. Como esta tierra está tan cerca de México, siempre ha sido muy atractiva para los inmigrantes.

Muchos de los mexicanos que vinieron al valle ya vivían cerca del río Grande, en el lado mexicano de la frontera, en el estado de Tamaulipas. Muchos iban allí y no a otra ciudad o estado porque no se querían ir tan lejos de sus familias que habían dejado en México. También vinieron de los estados que están alrededor de Tamaulipas, como Nuevo León, San Luis Potosí y Guanajuato.

Durante ese tiempo, en las ciudades del valle del río Grande había muchas oportunidades para trabajar en la agricultura o en la maquiladoras, las fábricas manufactureras. Como la zona se estaba expandiendo tan rápidamente, se necesitaba mucha ayuda. Por eso el estado de Texas permitió que vinieran trabajadores de México para trabajar con visado temporal. Muchos de ellos eran hombres que venían para trabajar en la agricultur. Enviaban dinero a sus casas y pronto intentaban traerse sus familias.

Cuando los visados iban a caducar, muchos de los propietarios agrícolas no querían que se fueran sus mejores trabajadores y les ayudaban con los papeles para que se pudieran quedar y traer a sus familias. Cuando muchas familias mexicanas obtenían sus documentos de residencia en EEUU, no sólo mandaban dinero a casa, sino también noticias de que se vivía bien en el valle estadounidense del río Grande. Muchas de las familias ya establecidas mandaban dinero para que otros parientes se vinieran y los ayudaban también a tener la oportunidad de formar una nueva vida en Estados Unidos.

Mis abuelos son un gran ejemplo de todo esto. Mi abuelo se vino con el programa de visado para braceros y era un trabajador muy preparado y determinado. Su jefe le ayudó a quedarse para que continuara a trabajar con él como el capataz de sus tierras. Mi abuela se vino porque la amiga de su madre le habló un día y le mandó dinero para que viajara al otro lado de la frontera. Mis abuelos se conocieron en el río Grande y pronto se casaron. Con el tiempo, mi abuelo le compró todas la tierras a su jefe y se quedaron en Estados Unidos, donde tuvo y crió a su familia.

Muchos de los que vinieron para probar fortuna se quedaron. Ahora en el río Grande se puede encontrar a americano-mexicanos de tercera y cuarta generación. Según la Oficina del Censo de los Estados Unidos de 2008, el 86 por ciento del condado de Cameron, el 90 por ciento del condado de Hidalgo, el 97 por ciento del condado de Starr y 86 por ciento del condado de Willacy son hispanos. Estos condados forman parte del valle del río Grande en Texas.

Como México está al lado y muchos tienen su origen allí, muchas de sus tradiciones  también se practican en el lado estadounidense del río Grande. Es muy evidente que a la gente del valle le encanta la cultura mexicana y se puede decir que hasta a los que no son mexicanos les gusta esta cultura. Como muchos habitantes tienen familiares en México, la conexión es muy fuerte. Lo bueno es como están al lado, muchos pueden ir a pasar el día para visitar y llevar dinero a sus familias. Mi padre y mi abuelo son un ejemplo. Hace muchos años mi abuelo vivía en Estados Unidos pero decidió jubilarse en México y ahora mi padre, que sigue viviendo en Texas, va a visitarlo por lo menos dos veces a la semana.

Se puede ver que aunque en otros sitios de Estados Unidos la integración de los mexicanos ha sido difícil, en el valle del río Grande ha sido buena y la transición, suave. Ahora la mayoría de la gente que vive allí son mexicanos o hijos y nietos de mexicanos. Ahora los hijos y nietos son los líderes de sus municipios y muchos de ellos han asistido a la universidad y tienen buenos trabajos buenos más allá de la agricultura. Pero esto no significa que ya no se necesiten trabajadores agrícolas. Los braceros siguen viniendo.

Hasta ahora venirse al río Grande para trabajar era una opción muy popular. La gente y las ciudades del valle han sido muy afortunados porque aunque la economía de Estados Unidos ha sufrido un golpe muy duro con la crisis, aquí no se ha sentido tanto. Esto es muy atractivo tanto para los trabajadores de México como para los trabajadores de otras ciudades deTexas y del resto de EEUU. Pero como ahora no hay programas de visados como antes, muchos de los inmigrantes se tienen que venir ilegalmente cruzando el río nadando o pagándole mucho dinero a un coyote. 

Además, como hay mucha violencia ahora en la frontera debido al narcotráfico, los oficiales de Estados Unidos están haciendo todo lo posible para que los mexicanos no puedan entrar. Venirse al río Grande ahora es mucho más difícil que cuando mi abuelo era joven, pero aunque haya violencia y peligro, muchos siguen haciéndolo animados por la esperanza de tener una vida mejor.

Una respuesta a Mexicanos en el ‘Valle Mágico’ de Texas, por Tanya Fernández

  1. Anónimo dijo:

    Me encantó el texto. Has leído a Gloria Anzaldúa? Te la recomiendo. Saludos cordiales.

Deja un comentario