Vacas, universidades e inmigración en Northfield, por Kurt Hager

Clarita Cuaya vino a Chicago para conseguir tratamiento médico para su madre y nunca regresó a Puebla, México. Conoció a su marido, Bob Kwell, durante una misa en la iglesia católica Precious Blood y a pesar de las diferencias culturales, tuvieron algo en común: la religión. Poco tiempo después, se casaron, tuvieron tres hijos y se mudaron a Northfield, Minnesota.

Sin embargo, el caso de Clarita no es la historia más común de la inmigración mexicana a esta pueblo improbable en la Minnesota rural. Vicente Barreto llegó allí en 1998 después de sufrir el  fracaso de ser detenido por la patrulla de la frontera, o “la migra”, por cruzar la frontera ilegalmente después de haber viajado casi 1.600 kilómetros desde Zacualpán, México. Fue deportado, pero intentó entrar en el país de nuevo y lo hizo con éxito. Le pagó a un coyote, una persona que le ayudó a atravesar los obstáculos de la peligrosa odisea al norte. Llegó sano y salvo y se reunió con sus primos en Northfield en el barrio más pobre, Viking Terrace. Encontró trabajo rápidamente en una granja industrial y empezó a trabajar 55 horas a la semana por 9,50 dólares a la hora. Vicente dijo que la única razón por la que vino fue el dinero.

Rodrigo Ortiz, quien pulveriza químicos protectores en camisas recién imprimidas en una fábrica cerca de Northfield, está de acuerdo. Como Vicente, antes de llegar a Northfield ya tenía familia allí, y se mudó con la esperanza de encontrar un futuro mejor. Con mucha suerte, tardó sólo un día en conseguir trabajo mediante la organización Newcomer Project (Proyecto Recién Llegado). Lleva trabajando en la fabrica casi un año. 

Northfield no siempre ha sido un destino para los inmigrantes mexicanos. Apenas había ninguno hace veinte años. No obstante, Northfield tiene una tradición orgullosa de ser un pueblo de inmigrantes. Inmigrantes europeos, la mayoría de Escandinavia, lo fundaron en 1855 como un centro de agricultura, lo cual ha continuado hasta hoy en día. Además, tiene una larga historia como centro de educación superior: inmigrantes noruegos fundaron el Saint Olaf College y el Carlton College a finales del siglo XIX. Su lema, Cows, Colleges, and Contenment (Vacas, universidades y alegría) es precioso, pero existe una tensión escondida con la llegada de la nueva gente. El pueblo está divido entre sus 19.000 mil habitantes: hay un centro “antiguo”, el río Canon, dos universidades prestigiosas en cada lado del río, un barrio rico con casas grandes con césped, y después hay barrios pobres como Viking Terrace, en el que vive la mayoría de los inmigrantes y donde, desafortunadamente, se sitúa la mayoría de los reportajes de crímenes y drogas. Hay tres escuelas publicas en Northfield, y en Greenvale Park Elementary, la que se queda más cerca de Viking Terrace, los mexicanos representan el 16% de la población.

El cambio del estatus quo con la llegada reciente de inmigrantes ha divido el pueblo. Como el resto de los Estados Unidos, siempre hay un tanto de xenofobia, acusaciones de que los inmigrantes roban los trabajos, que son ilegales y que no quieren aprender el inglés ni acostumbrarse a la sociedad americana. Por ejemplo, un estudio divulgado por la radio pública de Minnesota mostró que las actitudes negativas contra la inmigración entre la población suburbana y blanca son cada día más altas y que la mayoría de la población (76%) piensa que los inmigrantes no tienen una buena ética de trabajo y que no contribuyen a Minnesota[i].  En Northfield, las tensiones aumentaron muchísimo en 2004 cuando la policía de este pequeño pueblo arrestaron a más de 50 personas por acusaciones de vender y comprar  cocaína. La mayoría eran mexicanos que vivían en Viking Terrace, lo cual ha disminuido su reputación en la comunidad.  

Como método para combatir estas ideas, tanto las universidades como otras organizaciones religiosas y sin ánimo de lucro han apoyado a la comunidad mexicana. Por ejemplo, en Saint Olaf hay un programa que ofrece ayuda para las tareas escolares de los estudiantes mexicanos de Northfield. Casi cincuenta chicos vienen todos los miércoles y se reúnen con estudiantes de la universidad para estudiar, jugar al fútbol, comer o simplemente hablar: esos universitarios representan para los chicos buenos modelos que imitar. 

El Centro Campesino y el Community Action Center (Centro de Acción Comunitaria) facilitan ayuda con la compra de comida y materiales escolares, luchan contra la discriminación y organizan eventos políticos dentro de la comunidad mexicana en Northfield. Por ejemplo, organizaron las protestas  de “un día sin mexicanos” en Northfield, en que ningún mexicano trabajó para mostrar con su ausencia su importancia laboral.

También, las escuelas públicas tienen una rama dedicada a los estudiantes hijos de inmigrantes que no tienen competencia en el inglés. Facilita la comunicación durante conferencias y eventos con intérpretes, hace traducciones y participa en los programas Familias en Acción y Club de la Diversidad. 

Clarita Cuaya ha organizado un coro latino en su iglesia, Saint Dominic. Dice que ahora hay misas bilingües y lleva celebrando dos años la fiesta de Nuestra Virgen de Guadalupe, una celebración importante para la población azteca en México. A pesar de las tensiones mínimas y sutiles, Clarita se siente contenta en Northfield. Continúa asistiendo a Saint Dominic y es miembro activo de la comunidad mexicana.

Después de trabajar cinco años, Vicente Barreto regresó a su pueblo con más ahorros de lo que podría haber ganado en México: mandó 18.000 dólares a su esposa y a su padre y con el dinero construyeron una casa nueva en Zacualpán. Sin embargo, su experiencia en los Estados Unidos no fue fácil. Dijo que vino sólo por el dinero, así que su vida en Northfield sólo era el trabajo. No tenía otro enfoque, pero al final del día, aunque fue duro, mereció la pena. A diferencia de Vicente, Rodrigo, coo Clarita, está contento en Northfield, tiene esposa e hijos y quiere quedarse allí.

Como estudiante en el Saint Olaf College, cada día estoy en contacto con parte de la población mexicana, aunque la interacción es mínima. Por ejemplo, la mayoría de los trabajadores y cocineros en nuestra cafetería son inmigrantes de México. Se observa la frontera entre las clases económicas cuando los inmigrantes sin mucha competencia en inglés les sirven comida cara a estudiantes tan ambiciosos como ellos, la única diferencia es que vienen de familias ya establecidas en los Estados Unidos. La gran mayoría de los estudiantes toma su comida y pasa al comedor, mientras una minoría practica su español con ellos. Algunas veces me parece que a los trabajadores mexicanos les gusta este acto amable, otras veces me da la impresión de que les ofende.

Además, trabajé por un año en el programa Reaching Our Goals (Alcanzar nuestras metas). Fui el mentor de un chico amable pero energético y nervioso que se llamaba Johnny. Pasamos la mayor parte del tiempo jugando al fútbol en vez de hacer su tarea escolar, pero era lo que necesitaba este niño de nueve años a causa su energía interminable. Su padre trabajaba en nuestra cafetería. La familia vivía en Viking Terrace y el niño asistía a la escuela elemental Greenvale Park. Tengo buenos recuerdos de la experiencia, pero cuanto más trabajaba allí, más me daba cuenta de que había otro mundo que no conocía en Northfield. Como estudiantes estamos preocupados con nuestros estudios y olvidamos el mundo real y duro que queda a menos de dos millas de nuestro prestigioso y elegante campus.

Bibliografía

Coulsey, Matt. “Drug bust was largest ever in Rice County.” Northfield News, 10 de enero de 2004. 

Elhai, Leaf. “Latino immigrants hit even harder by recession.” Northfield News, 22 de diciembre de 2009.

Grove, Steve. “Finding Jobs, filling needs.” Northfield News, 1 de enero de 2003.

Grove, Steve. “Today’s immigrants face similar challenges.” Northfield News, 17 de enero de 2003.

Grove, Steve. “Finding common ground.” Northfield News, 20 de junio de 2003.

Hammell, Thomas. “Group bemoans end of Dream Act.” Northfield News, 7 de mayo de 2005.

Johnson, Adams. “Standing up for immigrant rights.” Northfield News, 2 de mayo de 2006.

Riggs, Joy. “Grant targeting Hispanics sparks school board debate.” Northfield News, 11 de diciembre de 2002.

Williams, Brandt. “Critical attitudes about immigrants not ‘Minnesota Nice.’ ” Minnesota Public Radio, 13 de diciembre 2004.


[i] Williams, Brandt. “Critical attitudes about immigrants not Minnesota Nice.” Minnesota Public Radio, 13 de diciembre de 2004.

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